[kkstarratings] En los últimos años han surgido muchas fórmulas nuevas y alternativas a la financiación a bancaria que permiten acceder de forma rápida y simple a recursos económicos que se pueden ajustar a cada momento de la compañía. Luis Gosálbez, socio director de Metricson, explica las principales y sus ventajas. Eso sí, advierte que “la obtención de financiación no es un fin en sí mismo, sino la consecuencia de una planificación financiera rigurosa y de un conocimiento profundo de estos instrumentos, ya que su preparación, ejecución y seguimiento requiere de una gran cantidad de recursos por parte de posiciones claves de la compañía”.
Venture debt
Son préstamos a cambio de acciones de la compañía. “En ocasiones se capitaliza parte de la deuda, parte de los intereses o bien se otorga al inversor derecho a suscribir parte de las nuevas acciones a valor nominal o con un descuento importante. Es un instrumento pensado para compañías en fases avanzadas, con necesidades de cashflow puntuales o que se encuentran entre dos rondas y no quieren diluirse de forma importante”.
Crowdlending
Es primo hermano del crowdfunding o inversión colaborativa, en el que varios inversores participan en rondas aportando pequeñas cantidades. El crowdlending o préstamo colaborativo se utiliza menos y es igualmente interesante. Bajo esta fórmula los inversores prestan dinero a cambio de un interés. “Un elemento clave de este modelo es el rating de la empresa y de la operación, que es analizado por la plataforma que organiza el crowdlending y la retribución del mismo”.
Descuento colectivo
Es una fórmula parecida al crowdlending, salvo que en este caso, se trata de acceder a capital descontando las facturas de la empresa frente a una comunidad de inversores. “Tanto el crowdfunding como el crowdlending están regulados por la Ley 5/2015 de Fomento de la Financiación Empresarial, de 27 de abril de 2015, una norma que aporta seguridad al sistema pero que resulta tan restrictiva que, en la práctica, está dificultando mucho el desarrollo de esta actividad”.
Business angels
Es ya una fórmula de inversión muy asentada en España, pero conviene utilizarla bien. “Un error habitual es no definir bien en los acuerdos de inversión y pactos de socios las obligaciones de los business angels y las expectativas de los emprendedores”.
Notas convertibles
Es una de las fórmulas más novedosas en el panorama emprendedor español. Para Luis Gosálbez su razón de ser está en “las debilidades de las rondas de inversión, que tardan tiempo en materializarse. Algunos inversores pueden dilatar el cierre durante meses, mientras que otros están dispuestos a hacer los desembolsos desde el principio. Los préstamos convertibles premian a los primeros inversores en desembolsar sus aportaciones, otorgándoles un descuento sobre el precio de cierre de la ronda. A más riesgo, más ganancia. Es un modelo cada vez más utilizado pero que tiene riesgos importantes si no se regula correctamente”.
Contratos de cuenta en participación
“Una figura clásica, pero que ha cobrado importancia durante los últimos años, que permite agilizar las inversiones en unidades productivas de negocios ya existentes a través de acuerdos entre los participantes, sin constituir complicadas estructuras societarias. Gracias a estos contratos, los inversores se sindican y actúan de forma unitaria para facilitar la financiación a la empresa interesada y para repartir los resultados de ese negocio”.
ICOs o Initial Coin Offering
Es una de las fórmulas de inversión más disruptiva de los últimos años, aunque tiene la desventaja de que falta definición normativa en algunos países. “Jurisdicciones como Suiza (con su Crypto Valley) o Hong Kong están actuando como polos de atracción para empresas de todo el mundo interesadas en tokenizar activos y ofrecerlos al público bajo la forma de nuevas monedas, normalmente vinculadas a mercados secundarios que facilitan la liquidez del sistema. Se trata de un modelo similar al contrato de cuenta en participación, ya que los inversores adquieren un porcentaje de un activo productivo, derecho, rama de negocio o cualquier otro elemento con capacidad de ver su valor incrementado, bajo la forma de un token o moneda”.